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jueves, 3 de septiembre de 2015

¿Por qué las cosas no salen como quiero?


¿Qué es en realidad «mi voluntad», y cómo «mi voluntad» forma parte en el servicio a Dios?

¿Odias cuando no logras lo que quieres? Yo también. Era una persona que se quejaba; y me quejaba mucho antes que las cosas no salieran como quería. Me volvía irritable, envidioso, e incluso me enojaba cuando las cosas no salían según mi voluntad.

«Mi voluntad» es una lista interminable de cómo creo que deben ser las cosas. Son las exigencias y expectativas que tengo de otras personas, y lo que creo que debería suceder en las diferentes situaciones de la vida. «Mi voluntad» es mi ego. «Mi voluntad» son mis pasiones y deseos. «Mi voluntad» proviene de mi naturaleza humana pecadora. La Biblia describe esta naturaleza humana como «la carne». En Romanos 8, 8 está escrito: «Y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.» No puedo agradar a Dios si vivo según los deseos de la carne, o bien según «mi voluntad». La verdad es que «mi voluntad» simplemente no forma en absoluto parte de mi vida si quiero servir a Dios.

La voluntad de Dios es lo opuesto a «mi voluntad», y algo tiene que cambiar drásticamente si quiero empezar a hacer las cosas como Dios quiere, en lugar de como yo mismo quiero.

¡Este sentir trae una bendición que «mi voluntad» jamás podría traer!
Con la esperanza de ser cada vez más libre, puedo seguir adelante y regocijarme en todas las circunstancias que me brinda la vida. Puedo comenzar a ver mi vida cotidiana de la misma forma que el apóstol Pablo lo hizo: «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» (Romanos 8,18) ¡Este sentir trae una bendición que «mi voluntad» jamás podría traer!

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